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Los laboratorios están llenos de equipos que nadie sabe instintivamente cómo usar. En lugar de abrir alegremente una centrífuga, tirar sus muestras y presionar el botón "encendido", necesita conocer las reglas básicas de seguridad de laboratorio. La centrífuga funciona a velocidades tan altas que el uso incorrecto puede crear un peligro grave.
Manual de usuario
Muchos fabricantes diferentes hacen centrifugadoras. Cada uno es diferente y cada uno tiene instrucciones de uso específicas. Su institución puede proporcionarle un protocolo operativo que debe seguir exactamente, pero si no tiene un protocolo, debe seguir las instrucciones del fabricante.
Seguridad
Coloque la centrífuga en un lugar seguro. No debe estar en peligro de ser derribado de una mesa o de que una persona se tropiece con un cable suelto. La centrífuga también tiene que estar sobre una superficie plana y resistente para que la vibración que crea cuando está funcionando se mantenga al mínimo. Si la máquina se tambalea en exceso, apáguela inmediatamente en caso de que no funcione correctamente o esté mal cargada.
Cargando
Balancear la carga. Si solo tiene una muestra, por ejemplo, cargue otro tubo en el otro lado directamente opuesto a la muestra que tiene una carga equivalente. Es importante equilibrarlo en masa, en lugar de simplemente en volumen, como recomiendan los consejos de uso de centrífugas de la Universidad de Stanford. Si la muestra es más densa que el agua, por ejemplo, debe compensar agregando más densidad o volumen al tubo de equilibrio.
Abriendo y cerrando
Asegúrese de que la tapa esté bien cerrada cuando termine de cargar la centrífuga. Además, nunca abra una centrífuga cuando esté en funcionamiento, porque aunque la máquina pueda apagarse, la energía residual puede continuar girando las muestras a alta velocidad y las muestras, o incluso el rotor mismo, si está roto, pueden volar a velocidades peligrosas.