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La estratificación de la Tierra en sus capas geológicas fue provocada por la formación del núcleo de hierro de la Tierra. El núcleo de hierro fue generado por una combinación de desintegración radiactiva y gravitación, que elevó la temperatura lo suficiente como para que se forme hierro fundido. La migración del hierro fundido al centro de la Tierra desplazó los materiales menos densos hacia la superficie.
Desintegración radioactiva
La Tierra primitiva necesitaba mucha energía para desencadenar la creación de hierro fundido. Parte de esta energía provino de la desintegración radiactiva. Los elementos radiactivos como el uranio y el torio emiten calor cuando se descomponen. Los elementos radiactivos estaban presentes en mayores cantidades en la Tierra primitiva. La radiación emitida por estos elementos aumentó la temperatura de la Tierra en aproximadamente 2,000 grados Celsius (aproximadamente 3,600 grados Fahrenheit).
Gravedad
Las fuerzas gravitacionales ayudaron a que el hierro se acumulara en el centro de la Tierra y ayudaron a generar temperatura adicional. A medida que la Tierra primitiva se compactaba en un planeta gracias a la gravedad, esta compactación emitía calor. Como resultado, la energía gravitacional ayudó a elevar la temperatura de la Tierra en 1,000 grados Celsius adicionales (aproximadamente 1,800 grados Fahrenheit). A su vez, este aumento de temperatura ayudó a mantener la presencia de hierro fundido en el núcleo de la Tierra.
El núcleo de hierro
Una vez que la temperatura de la Tierra era lo suficientemente alta como para formar hierro fundido, el hierro fue empujado hacia adentro por la gravedad. Cuando esto sucedió, los minerales de silicato menos densos se movieron hacia arriba. Estas rocas y minerales formaron la corteza y el manto de la Tierra. Algunos de los elementos radiactivos, como el uranio y el torio, también se solidificaron en las capas superiores de la Tierra. Si bien estos elementos son densos, su estructura atómica los hace menos propensos a acumularse junto con el hierro denso del núcleo.
Impactos meteorológicos
La Tierra primitiva experimentó muchos impactos de meteoritos y asteroides. Este bombardeo constante ayudó a elevar la temperatura de la superficie y evitó que los materiales se enfriaran y se unieran en la superficie. Esta inestabilidad general de los materiales de la superficie los hizo susceptibles de separación debido a la gravedad. Los materiales más livianos permanecieron en la parte superior de la corteza, y los materiales más densos gravitaron más abajo, hacia el manto. Una vez que la Tierra se enfrió, la corteza se solidificó y comenzó la tectónica de placas.