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El oro es un metal precioso, conductor y flexible que retiene un valor estable mejor que muchos productos básicos. Sus propiedades químicas lo hacen útil para la fabricación de piezas de computadoras, electrónica, joyería y trabajos dentales. A algunas personas les resulta rentable intentar extraer el oro de estos desechos, luego refinarlo y venderlo. Este complicado proceso requiere experiencia y conocimientos químicos, así como acceso a varios equipos de química. Sin embargo, con el conocimiento, la experiencia y las herramientas adecuadas, puede eliminar el oro valioso de las piezas de la computadora, otros artículos electrónicos desechados y restos de joyas.
Extrayendo oro de los restos
Recoja cualquier resto de metal que contenga oro al que tenga acceso, incluyendo joyas, procesadores de computadora, cableado telefónico antiguo o coronas de dientes de oro. Tenga en cuenta que es probable que los productos electrónicos anticuados produzcan piezas con un nivel de oro lo suficientemente alto como para que el procedimiento valga la pena.
Obtenga la cantidad correcta de productos químicos y contenedores de tamaño adecuado para la cantidad de chatarra que desea refinar. Necesitará 300 mililitros de capacidad de contenedor, 30 mililitros de ácido nítrico y 120 mililitros de ácido clorhídrico por cada onza de metal que desee refinar.
Aplique todo el equipo de seguridad correctamente antes de trabajar con productos químicos. Los ácidos involucrados en este proceso son altamente corrosivos y reaccionan fuertemente.
Agregue sus materiales de desecho y la cantidad adecuada de ácido nítrico, como se mencionó anteriormente, al recipiente de plástico más pequeño. Espere 30 minutos antes de agregar el ácido clorhídrico. Deje que la reacción química se desarrolle durante la noche para asegurarse de que todo el oro se haya disuelto.
Filtre las partículas del ácido en el recipiente de plástico colocando un filtro de embudo Buchner y vertiendo el líquido restante en el recipiente de plástico más grande. El ácido resultante será de color verde oscuro y translúcido.
Cree una solución de urea y agua hirviendo un litro de agua y combinándola con una libra de urea. Vierta esta mezcla en el ácido lentamente hasta que no se pueda observar más reacción química. Este proceso eleva los niveles de pH del ácido, eliminando así el ácido nítrico.
Calienta un litro de agua a ebullición y agrega el bisulfito de sodio al agua hirviendo en la proporción de 1 onza de bisulfato de sodio por cada onza de metal que se refina. Vierta esta mezcla lentamente en el ácido y espere una reacción.
Observe la separación fangosa que se acumula en el fondo del contenedor de ácido. Esta sustancia es oro puro. Extraiga el oro del recipiente vertiendo el ácido con un filtro, luego enjuague y vuelva a filtrar la sustancia tres veces con agua destilada. El resultado será casi el 100 por ciento de oro.