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La industrialización se caracteriza por pasar de un modo de vida agrario a uno en el que las innovaciones tecnológicas son dominantes. Es cierto que la industrialización tiene numerosos beneficios que han permitido a la especie humana progresar y disfrutar de ciertas eficiencias. Pero a pesar de estos beneficios, la industrialización ha traído consigo el calentamiento global, la contaminación y la degradación ambiental. Además de los humanos, los animales también están experimentando estos efectos perjudiciales de industrialización.
Interrupción del ecosistema
La industrialización es uno de los principales contribuyentes de la contaminación. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la industrialización aporta aproximadamente 6.300 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera anualmente, a partir de 2011. Muchos animales, como la vida acuática, no pueden soportar esta cantidad de contaminación y mueren cada vez más.Las plantas son una fuente importante de alimento para los animales, y también se ven afectadas por el aumento de la contaminación atmosférica y del agua. Cuando la vida de las plantas se ve amenazada, los animales luchan por adquirir alimentos para su propia supervivencia.
Extinción
Según el Servicio Geológico de EE. UU., Dos tercios de los osos polares desaparecerán para 2050. Pero los osos polares no son las únicas especies animales en peligro de extinción; otros incluyen elefantes, vida acuática e incluso tigres. La extinción de los animales puede atribuirse a un aumento de la deforestación para dar paso a la agricultura industrial a gran escala y los asentamientos humanos. También se puede atribuir al retroceso de las capas de hielo en el caso de los osos polares como resultado del aumento del calentamiento global, acelerado por la industrialización.
Pérdida de hábitat natural
La “reubicación administrada” o la “migración asistida” son fenómenos nuevos que afectan el reino animal. Estos dos términos se refieren a transferir animales de sus hábitats naturales a otros hábitats. Este proceso está orientado a proteger a los animales de los efectos negativos, como la extinción y la contaminación. Los científicos que se oponen a este proceso argumentan que, de hecho, podría causar hacinamiento en las nuevas ubicaciones y amenazar a las especies animales locales. Además, los animales reubicados pierden a sus familias y se ven obligados a adaptarse a nuevos entornos.
Conflicto humano-animal
La expansión de las ciudades impulsa los avances tecnológicos y la necesidad de más espacio para que las personas se establezcan, una característica principal de la industrialización. Aunque el crecimiento de las ciudades puede estimular el crecimiento económico, también puede conducir a la invasión de tierras habitadas por animales. Como resultado, el hábitat natural de los animales se hace más pequeño y los animales se ven obligados a luchar por el espacio y la comida con los seres humanos. Los animales pueden ser sacrificados para minimizar su presencia en el área invadida o pueden extinguirse debido a la interrupción de su entorno natural y ecosistema.