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La atmósfera de la Tierra es tan grande como invisible. Una enorme burbuja de gases rodea la Tierra de la que dependen los humanos y los animales para mantenerse vivos, pero que no ven ni interactúan conscientemente. A pesar de esta invisibilidad, hay mucho más en la atmósfera de la Tierra que solo oxígeno. Es un complejo cóctel de gases, cada uno de los cuales contribuye a la atmósfera que es vital para la supervivencia.
Nitrógeno
El nitrógeno es un gas incoloro, inodoro, insípido e inerte que representa el 78 por ciento de la atmósfera terrestre. Su presencia en todos los organismos vivos del planeta y el ciclo del nitrógeno permite a los científicos rastrear el movimiento del gas desde la atmósfera hacia el suelo, la flora y la fauna, que luego se descompone y lo libera nuevamente a la atmósfera. También está presente en los pares de bases que forman el ácido nucleico, lo que lo convierte en un componente esencial para la vida.
Oxígeno
El oxígeno es el segundo gas más abundante en la atmósfera, pero el tercer químico más abundante en el universo, después del hidrógeno y el helio. El oxígeno prevalece en el aire, el mar y la tierra de la Tierra, y representa un notable 88.8 por ciento de la masa de los océanos de la Tierra. Es incoloro e inodoro y representa el 21 por ciento de la atmósfera y el 23 por ciento de su masa.
Argón
El argón ocupa el 0.93 por ciento de la atmósfera de la Tierra, convirtiéndolo en el tercer gas más común. Es incoloro, inodoro e insípido y es inerte en la mayoría de las condiciones. Representa el 1,28 por ciento de la masa de la atmósfera terrestre. Casi todo el argón en la atmósfera de la Tierra es argón-40. Este es un isótopo del potasio-40 en la corteza terrestre que se descompone en el transcurso de su vida media y libera el gas a la atmósfera.
Dióxido de carbono
El dióxido de carbono es una parte esencial del proceso de fotosíntesis: las plantas extraen el gas y liberan oxígeno en su lugar. A pesar de este papel esencial, el dióxido de carbono solo representa el 0.0387 por ciento de la atmósfera terrestre. El gas es incoloro e inodoro, y su cantidad en la atmósfera fluctúa estacionalmente, dependiendo de la temporada de crecimiento en el hemisferio norte. Esto se debe al hecho de que el hemisferio norte tiene más masa de tierra y, como resultado, más vegetación para fotosintetizar el gas.