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La Tierra consta de cuatro capas principales: la corteza, el manto, el núcleo externo y el núcleo interno. Si bien la mayoría de las capas están hechas de material sólido, hay varias pruebas que sugieren que el núcleo externo es realmente líquido. La densidad, los datos de ondas sísmicas y el campo magnético de la Tierra proporcionan información no solo sobre la estructura sino también sobre la composición del núcleo de la Tierra.
Estructura del núcleo
National Geographic señala que el núcleo en su conjunto es la capa más profunda y caliente de la Tierra. Está hecho casi en su totalidad de metal. El núcleo externo está compuesto de una aleación de hierro y níquel. Estos son dos de los metales más comunes en el planeta. En la superficie, el níquel y el hierro casi siempre se encuentran en forma sólida. El núcleo externo tiene una profundidad de aproximadamente 2,300 kilómetros (1,430 millas) y oscila en temperatura entre 4,000 y 5,000 grados Celsius (7,200 y 9,000 grados Fahrenheit). El núcleo interno, por el contrario, está hecho casi en su totalidad de hierro y tiene solo 1,200 kilómetros (750 millas) de espesor. Esta capa es extremadamente caliente, entre 5,000 y 7,000 grados Celsius (9,000 y 13,000 grados Fahrenheit), pero la presión ejercida por la masa del resto del planeta evita que esta capa se derrita.
Densidad y gravedad
Sir Isaac Newton hizo la primera observación sobre la densidad del núcleo de la Tierra hace más de tres siglos. Según el Servicio Geológico de EE. UU., Newton, un científico inglés, planteó la hipótesis de que, basándose en sus observaciones de otros planetas y otros datos que había recopilado de sus estudios sobre la fuerza de gravedad y la atracción gravitacional, la densidad promedio de la Tierra era el doble de la de las rocas encontradas en su superficie y, por lo tanto, el núcleo de la Tierra debe estar compuesto de material mucho más denso, como el metal.
Datos de onda sísmica
Los datos del terremoto proporcionan más información sobre la composición del centro de la Tierra. Durante un terremoto, la energía se libera en ondas que viajan a través de las capas de la Tierra. Los dos tipos de ondas que se liberan son ondas primarias u ondas P y ondas secundarias (de corte) u ondas S. Tanto las ondas P como las ondas S pueden viajar a través de los sólidos, pero las únicas ondas P pueden viajar a través de los líquidos. Los datos de las ondas sísmicas muestran que las ondas S no pasan a través del núcleo externo y, por lo tanto, esta parte del interior del planeta debe ser líquida.
Campo magnético de la tierra
Esa Tierra tiene un campo magnético fuerte que también puede atribuirse a un núcleo externo líquido. Según PBS.org, el núcleo externo, junto con el núcleo interno, forma una fuerza de Coriolis que sostiene perpetuamente la estructura geomagnética de la Tierra. La rotación de la Tierra hace que el núcleo externo líquido gire en una dirección contraria. El metal líquido del núcleo externo pasa a través de un campo magnético, que genera una corriente eléctrica. A medida que la corriente continúa fluyendo, se genera una fuerza magnética más fuerte. Esto crea un ciclo autosostenible de fuerza magnética.