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Las chimeneas liberan partículas en el aire: partículas de hollín, polvo y humo. Estas partículas son grandes contribuyentes a la contaminación del aire. Las chimeneas también son responsables de expulsar cantidades masivas de emisiones de gases como el monóxido de carbono y el dióxido de azufre. Para controlar la contaminación del aire, se necesitan métodos para mantener limpias las chimeneas para minimizar la producción de partículas y emisiones de gases.
Instale un componente de precipitador electrostático (ESP), que es un sistema de control de partículas que ayuda a eliminar partículas de una chimenea mediante el uso de cargas eléctricas. Según la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU., Un ESP puede eliminar partículas pequeñas con hasta un 99 por ciento de eficiencia.
Use filtros de tela para ayudar a eliminar el polvo. Use filtros que sean duraderos y puedan soportar temperaturas de calor excesivas dentro de una chimenea.
Instale depuradores venturi para ayudar a eliminar las partículas confinadas dentro de una chimenea. Se usa un líquido de limpieza junto con la presión de aire para ayudar a eliminar partículas.
Use cámaras de asentamiento. El gas es forzado a través de una cámara de sedimentación para ayudar a eliminar las partículas que se han acumulado dentro de las chimeneas.
Aplica un ciclón. Los ciclones usan la inercia para eliminar partículas grandes.
Use un incinerador para ayudar a moderar la emisión de gases residuales al aire. Use carbón activado (carbón molido) para ayudar a absorber los gases.