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El propósito básico de los sistemas de aire comprimido es entregar el aire comprimido a los lugares donde se va a utilizar. El aire comprimido debe entregarse con la cantidad correcta de volumen, presión y calidad para que los componentes que usan el aire puedan alimentarse de la manera correcta. Un sistema de aire comprimido que no está diseñado adecuadamente aumentará los costos de energía, disminuirá la eficiencia de producción y también provocará fallas en el equipo. La mayoría de los sistemas de aire comprimido consisten en un lado de la demanda y la oferta. El lado de suministro está compuesto por los compresores y el tratamiento de aire, mientras que el lado de demanda está compuesto por los equipos de almacenamiento y distribución.
Instale la tubería de descarga del compresor, observando que la tubería debe ser capaz de soportar temperaturas muy altas.
Instale un termómetro, un manómetro lleno de líquido y un termopozo en la línea de descarga de aire antes del posenfriador.
Instale patas de goteo en todos los puntos bajos de todo el sistema. Instale un grifo de drenaje automático al final de la pata de goteo. Este paso trata del control de la condensación. Una pata de goteo es una extensión de tubería desde debajo de la línea aérea que se utilizará para recoger la condensación en la tubería.
Instale un drenaje de punto bajo en la tubería de descarga antes del posenfriador para eliminar el aceite o el agua de enfriamiento.
Incline el tubo de cabecera principal hacia abajo en la dirección del flujo de aire comprimido. Un diseño de circuito eficiente de un sistema de aire comprimido permitirá que el flujo de aire tenga lugar en dos direcciones. Esto reducirá la longitud de la tubería a casi la mitad y reducirá la caída de presión. Muchos expertos también recomiendan la instalación de una línea de equilibrio para proporcionar una fuente adicional de aire.