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La forma más fácil de crear un poderoso campo magnético es mediante la creación de un potente electroimán. Los electroimanes se utilizan para todo, desde alimentar pequeños interruptores electrónicos (llamados relés) hasta levantar enormes piezas de chatarra. La densidad del devanado, la cantidad de corriente que fluye a través del imán y el material que envuelve el cable determinan la intensidad del campo.
Seleccione una pieza de hierro para el núcleo magnético. Una pieza de hierro de 6 a 8 pulgadas de largo, como un clavo o espiga grande, creará un poderoso campo magnético, pero puede usar barras más pequeñas o más grandes si lo prefiere.
Envuelva la varilla con alambre magnético (ver Recursos). Comience en un extremo y enrolle el cable hasta el otro extremo. Corte el cable, dejando varios centímetros de cable suelto colgando de cada extremo. Envuélvelo tan fuerte como puedas. Cuanto más apretado es el envoltorio del cable, más fuerte es el campo magnético.
Pega el alambre magnético a la barra de hierro para mantenerlo en su lugar.
Pele el aislamiento de la última pulgada de cada extremo del cable magnético calentándolo con un encendedor o fósforo. Limpie cualquier residuo con un paño limpio.
Pegue los extremos expuestos del cable magnético debajo de las bobinas de una batería de linterna. Esto hará que la corriente fluya a través del imán, creando un campo magnético.